En la palestra de desconocidosbuscó a su lado el calor
y simulando mojarle el oído
le besó el cuello y le dijo.
Me gustas tanto
quisiera aprenderme tu nombre
me gustas tanto que
no sé por donde voy.
Me le acerqué suspicaz
y
le tendí un anzuelo.
Me gusta verte reír
me gusta tanto tu coqueteo
me gustas tanto
quisiera aprenderme tu nombre.

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